lunes, 1 de marzo de 2010

El Arca de la Redención, de Alastair Reynolds.


Mientras más leo de este hombre, más pienso que es un genio. He cometido el razonable error de empezar de atrás adelante sus libros, con la salvedad de Espacio Revelación, elemento necesario para entender sus complejo universo.

Ahora todo lo leído en El desfiladero de Absolución tiene sentido. Los combinados, los humanos de base, los ultras, los hipercerdos..., Un ambicioso plan trasmitido a través del tiempo en pos de un universo en el cual los Inhibidores no hubiesen acabado con el ser humano (en cualquiera de sus formas). Y pese ya a ser este el cuarto libro que acabo de la saga, no dejo de encontrarme ese asombro de tecnologías tan lejanas que se asemejan a la magia por su distancia.
Tengo la extraña fascinación de esas teorías que rozan la física. Esos campos de investigación que a veces se sugieren, pero que aún no calan porque se necesita un relevo generacional para ser tomadas en serio. Reynolds expone esas ideas. Las imagina como un standard ya asumido y cotidiano. Se aventura a nuevos campos hasta nuevas fronteras físicas que han de inventarse a la fuerza Es Hard-Scifi en estado puro. Sus escenarios son tan detallados que nada impide que sea lo que nos reserva el futuro.

En este volumen se adentra en la estructura de los combinados. Seres humanos que han trascendido gracias a la nanoingenieria imbuida en ellos. Sus cerebros son más rápidos y constituyen una mente colmena en la que el individuo se desdibuja. El uso que hozó Ilia en Espacio Revelación de las Armas Caché, les pone en conocimiento de su posición, planeando recuperarlas ante la reciente amenaza de los Inhibidores. A varios años luz, Ilia y Khouri, contemplan como la amenaza que descubrieron con Sylveste ha despertado, y empiezan a urdir un plan de evacuación en la Nostalgia del Infinito, hay que salvar a toda la población de Resurgan. Clavain, un combinado que deserta de sus facción, tiene un plan en mente mucho más grande de lo que él mismo imagina. Todas estás lineas acabarán fusionándose en una.

Que narices, sé que nadie lee estas sinopsis. Pero Alastair Reynolds me está dando los mejores momentos como lector que recuerdo. Dadle una oportunidad.

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