En honor a uno de mis lectores favoritos, Illuminatus, hago esta entrada para destrozar un libro de Lucía Etxbarría en su honor.
Cosmofobia, que así se llame el parto de la doña, lo entendí yo como una alegoría de la autora al "madremíaquéescriboyoahora" unida a la tensión psicothriller personal de la misma de "eleditormehadadohastamañanadeplazoytengodoshojasescritas", cuyo resultado me produjo una mescolanza de "joderluciamelahasmetíodoblá" y "menosmalquemeloregalaronynomecostounduro". Todo ello regado con las creativas y pizpiretas historietas de gente sin interés como tu vecina y la mía, que viven en un barrio como el tuyo y el mío, haciendo cosas de gente anodina.
Lucía demuestra una vez más que, o habla de lesbianas o no se come un truño, así está el país, señores. Bueno, mientras a las lesbianas no les importe...
Un beso, Illu. Espero que te haya gustado
lunes, 5 de julio de 2010
viernes, 2 de julio de 2010
Sueño Temerario, Roger Levy
Llevo un poco de retraso con los libros que he ido reseñando. Antes de que se me olvide, hablaré de Sueño Temerario de Roger Levy.
No conocía a este autor. Cuando las editoriales se empeñan en que sepamos que es un autor revelación, emergente y un fenómeno, todo a la vez, no puedo evitar escamarme. Pero tampoco puedo evitar sentir curiosidad.
La historia la verdad es que tiene un buen trasfondo. La tierra se ha ido a la mierda por los abusos cometidos a lo largo de los años. La vida es la misma es bastante complicada, y el ser humano, el que aún sobrevive y se lo puede permitir, quiere huir. Pero no hay a dónde.
Hace años se envía a un planeta llamado Dirangesept una fuerza armada de avatares. La idea es sencilla. Controlar desde la orbita a unos entes biomecánicos y terraformar el planeta sin riesgo. El resultado, un fracaso total. Todos los soldados enviados sufren traumas mentales frutos de la conexión tan directa que tenían con sus avatares. Las muertes de los mismos les han creado fobias que los dejan traumatizados para siempre al sentirlo todo en primera persona. No solo eso. Cuando vuelven a la Tierra, para el planeta han pasado más de 50 años. Para ellos apenas dos. Se encuentran que han pasado de heroes a cabezas de turco por el fracaso de la misión.
Jon es uno de estos Guerreros Lejanos. Le ofrecen, como a otros de sus compañeros, probar un nuevo sistema de realidad virtual. Un juego. Una vía de escape programada para parecer tan real que es imposible disociar ambos mundos.
Imagino que la sinopsis es prometedora. Pero hay un problema. Las veinte últimas páginas se cierra el libro tan rápido que no tiene sentido todo lo expuesto. Me jode quedarme a medias. Creo que a Levy le ha quedado grande el mundo que ha creado para esta novela. Se lee bien. Se adivinan muchas cosas. Pero el final es gratuito. Me hubiese gustado que hubiera dado de mas.
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